Me encontraba yo en el hospital, convaleciente de una operación de amígdalas, y mi compañero de habitación era un señor de unos 50 años pálido como un cirio. Se llamaba Manuel.
Manuel era un señor sencillo que tenía una sonrisa perpetua, me miraba con ternura, como si mi enfermedad fuese lo peor, pero lo mío era muy simple, era algo pasajero, en cambio Manuel acababa de ser operado de un cáncer de laringe por lo que le hicieron un traqueostomía, o lo que es lo mismo, a partir de ahora su traquea sería su nueva boca.
Yo solo viví sus primero días y sus primeras noches después de la operación, las cajas de pañuelos de papel volaban, limpiándose las flemas que salían de esa nueva cavidad. Se despertaba por la noche intentando no despertarme, a limpiarse. Le cambiaban de babero cada poco tiempo. Y ahí seguía con su sonrisa. La causa de su cáncer: FUMAR.
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samanthaaaaaaaaaa
ResponEliminano fumes!